Por Luis Gonzalo Jiménez, enviado especial
París.- Es viernes 13 de junio en París y llueve copiosamente con rayos y centellas después de un día soleado y extremadamente caluroso, es una tormenta tropical azotando el Sena. Lo del cambio climático puede estar y justificar todo en todas partes.
Héctor Mario Rodríguez de Primera Página me pidió escribir este artículo para justificar mi presencia en Francia. Es una semana que se cierra en el escalamiento entre Israel e Irán de las hostilidades y ese devenir bélico se roba la magia de lo que nos regaló el primer GTC de Nvidia en París y el sutil y hermoso coqueteo de su CEO Jensen Huang quien sabe brillar en escena con un keynote maravilloso que nos inspira a todos los que participamos en vivo presencialmente de este momento de esta humanidad capaz de crear e innovar para hacer un mundo mejor pero donde aún nos continuamos asesinando unos a otros por territorio, creencia o legado.
Qué tan básicos y qué tan complejos de vivir en una realidad donde la computación cuántica ya existe y el qbit es un concepto que dominamos y al mismo tiempo toda nuestra especie que evoluciona en la AI, involuciona con la insensatez de la guerra.
No obstante, vamos a lo que nos convoca: el protagonismo es de Jensen Huang y su chaqueta negra de cuero y su discurso sin teleprompter, ni pauta evidenciando que se emociona y vive con su visión su empresa, justifica por qué tiene el valor que ha logrado Nvidia cuando se le escucha.
Qué momento de vida nos ha tocado protagonizar, qué privilegio esta circunstancia donde estamos, basados en las evoluciones de los GPU y los LLM, los RAG, los Blueprint, el Human.AI, nos asombramos con que todo el tráfico de internet actual puede pasar por una pieza de hardware de 60 libras hoy, asegurando unas capacidades de escalamiento computacional exponenecial y cómo los CUDA ahora están para Cuda Q.
Qué keynote tan maravilloso, búsquenlo y pierdan ese valioso tiempo suyo para cuando no hacen nada y disfrútenlo. Personalmente, además de lo fantástico de la visión y la arquitectura desde sus inicios para lograr que todos trabajen juntos y sean colaborativos, el coqueteo con Europa fue sin duda también una muestra de inteligencia.
El encuentro que trasciende fronteras: TribuCoerp y Monai
En medio de esta sinfonía tecnológica, nos encontramos con momentos que trascienden lo puramente técnico y nos recuerdan que detrás de cada línea de código, de cada algoritmo, hay historias humanas que se entrelazan como hilos invisibles en el tapiz de la innovación. El encuentro entre el equipo de TribuCorp y los responsables de Monai en Nvidia fue uno de esos momentos que te hacen pausar y reflexionar sobre las conexiones inesperadas que tejen nuestro mundo globalizado.
Monai, esa plataforma de deep learning para imaging médico que está revolucionando la forma en que diagnosticamos y tratamos enfermedades, cobra una dimensión diferente cuando descubres que entre sus creadores se encuentra Andrés Díaz, un colombiano de Cúcuta que aunque vive en Londres, lleva en su ADN esa tenacidad latinoamericana que caracteriza a quienes migran llevando sueños en el equipaje. Qué paradoja tan hermosa: un cucuteño contribuyendo a salvar vidas desde los laboratorios de Nvidia mientras nosotros, desde TribuCorp, tejemos alianzas con Dell para llevar estas herramientas a algunas de las instituciones de salud más importantes del mundo.
Este trabajo colaborativo no es solo una alianza comercial, es un compromiso con la humanidad que sufre y espera. Cada implementación de Monaique adelantamos significa diagnósticos más precisos, tratamientos más efectivos, vidas que se salvan. Y en esa noble tarea, encontramos que la tecnología más sofisticada del mundo cobra sentido solo cuando se pone al servicio del dolor humano, cuando los GPU procesan no solo datos, sino esperanza.

Reunión TribuCorp-Monai durante GTC París: Luis Jiménez, cofounder TribuCorp, Andrés Diaz, Nvidia Monai, Javier Molina, CEO TribuCorp, y Óscar Salinas, chief AI officer de TribuCorp: los tres mosqueteros son cuatro,
Poder Corporativo: cuando los gigantes hablan de AI Generativa para el marketing, los empaques, las etiquetas y las experiencias de compra
Pero este GTC no fue solo código y arquitecturas, fue también el escenario donde los titanes corporativos se desnudaron ante nosotros para contarnos cómo la inteligencia artificial está redefiniendo sus imperios.
La sesión «AI-Powered Personalized Marketing and Advertisement» reunió a cuatro voces que están transformando el retail y los bienes de consumo: el Chief Digital and Marketing Officer de L’Oréal, el VP and GM de Retail and CPG de Nvidia, el Global CMO de Nestlé, y el Chief Omnichannel and Data Officer de Lvmh.
Esta mesa redonda fue una ventana privilegiada hacia el futuro inmediato de los negocios, donde las confesiones fueron tan reveladoras como las estrategias que están implementando para impulsar la conversión de clientes y los ingresos a través de estrategias impulsadas por AI.
El representante de L’Oréal nos sumergió en una realidad donde el customer journey ha cambiado para siempre gracias a los agentes de belleza personal potenciados por AI. Su partnership con Meta no es casualidad, es una apuesta estratégica para estar donde sus consumidores viven digitalmente. «Estamos transformando completamente la forma en que las personas compran belleza», confesó mientras describía su plataforma, ese AI beauty matchmaker que genera match scores para retener consumidores de maneras que antes eran impensables.

Pero lo que más impactó fue la sensatez en las palabras de Lvmh que «la AI debe aumentar, no reemplazar» la experiencia humana, porque al final «el lujo es sobre lo humano, y la tecnología debe ser invisible para el cliente». Estamos para encantar y ser mas seductores.
La transformación que describieron va más allá del marketing tradicional. Nestle ha implementado proyectos piloto que abarcan desde contenido digital generativo hasta digital twins por marca, L’oreal escalando la transformación a través de beauty advisors potenciados por IA generativa que pueden crear contenido text-to-image, experiencias 3D e incluso image-to-video.
La colaboración con Nvidia AI Enterprise y Nestlé ha permitido crear agentes especializados en taxonomía que rastrean todos los assets, asegurando que todo el contenido sea útil y legal, con data correcta etiquetada en cada producto.
Pero quizás lo más humano de toda la presentación fue cuando abordaron el impacto en los empleados. «La mente queda libre para ayudar mejor a los clientes», explicaron, describiendo el impacto en Lvmh. Cómo en L’Oréal GPT se ha vuelto un hábito, estructurando data y automatizando tareas repetitivas. Sin embargo, reconocieron la resistencia inicial: «Todo el mundo tiene acceso a la herramienta, pero necesitan ser guiados para entender que no reemplazará sus trabajos, sino que les dará acceso a mejor información».
La franqueza de Nestlé fue igualmente refrescante. «Somos una compañía de alimentos, no una compañía de AI generativa», dijeron con esa honestidad que solo se permite en conversaciones íntimas. Reconocieron que sus consumidores chinos están más preparados para contenido generado por AI que los europeos, y que han tenido que navegar conversaciones internas complejas donde el departamento legal «siempre dice no» inicialmente.
Lvmh, por su parte, compartió una filosofía que resuena con la esencia misma del lujo: la AI debe servir al negocio, no dominarlo. Su enfoque en mantener la creatividad humana mientras aprovechan la tecnología para amplificar la experiencia del cliente fue una lección magistral de cómo los sectores tradicionales pueden abrazar la innovación sin perder su alma.
Las lecciones aprendidas fueron contundentes: «La tecnología y las herramientas son importantes, pero no son la clave. La infraestructura cloud correcta, sí, pero más importante es que las personas piensen y actúen diferente». Hablaron de sus «4 mosqueteros» – CFO, CTO, CMO y CEO – actuando como embajadores del cambio, porque reconocieron que «no solo puede ser IT, la gente no les cree solo a ellos».
Fue revelador escuchar a estos gigantes admitir que la AI está cambiando no sólo el marketing, sino todas las funciones de sus compañías. Sus partnerships con nuevas agencias, la fusión entre creatividad y tecnología, y sobre todo, esa búsqueda constante del balance entre eficiencia, eficacia y compliance humano. Y ahí estábamos nosotros, absorbiéndolo todo, tomando notas mentales de estrategias que podrían definir el próximo lustro de nuestras industrias, mientras afuera París seguía siendo azotada por esa tormenta que parecía el soundtrack perfecto para una conversación sobre transformación.

Aude Gandon Global CMO, Nestlé, Asmita Dubey Chief Digital and Marketing Officer, L’Oréal , Azita Martin VP and GM, Retail and CPG, Nvidia, Gonzague De Pirey , Chief Omnichannel and Data Officer, LVM
El legado de dos días que cambiarán décadas
Mientras la tormenta arrecia afuera y los rayos iluminan intermitentemente los ventanales del Palais des Congrès, uno no puede evitar pensar en la ironía de estos tiempos: desarrollamos inteligencia artificial capaz de simular la creatividad humana, pero seguimos siendo incapaces de resolver nuestros conflictos más primitivos.
Jensen Huang nos habló de un futuro donde los humanos y las máquinas trabajarán juntos de maneras que apenas podemos imaginar, mientras en otra parte del mundo los humanos siguen matándose entre sí por razones que la AI probablemente catalogaría como irracionales.

Jensen Huang, fundador y CEO de Nvidia.
Pero quizás esa es precisamente la razón por la cual eventos como este GTC de París son tan necesarios. Nos recuerdan que la tecnología, en su esencia más pura, es un acto de amor hacia la humanidad. Cada GPU que Nvidia fabrica, cada algoritmo que perfecciona, cada colaboración que facilita, es un voto de confianza en nuestra capacidad de ser mejores.
Al final del día, cuando guardemos nuestros badges y salgamos a esta París lluviosa, llevaremos con nosotros más que conocimiento técnico. Llevaremos la certeza de que somos parte de algo más grande, de una revolución silenciosa que está cambiando el mundo un algoritmo a la vez, una colaboración a la vez, una vida salvada a la vez.
Y mañana, cuando el sol vuelva a salir sobre el Sena, seguiremos construyendo ese futuro que Jensen Huang nos ayudó a vislumbrar desde su escenario, con su chaqueta de cuero y su pasión contagiosa por hacer de este mundo un lugar donde la inteligencia artificial sirva a la inteligencia humana, y donde las fronteras se diluyan en pro del bienestar común.
Porque al final, eso es lo que somos: constructores de puentes en tiempos de muros, tejedores de esperanza en tiempos de incertidumbre, y creyentes inquebrantables en el poder transformador de la colaboración humana potenciada por la inteligencia artificial.