Ocde prevé que el PIB de Colombia crezca un 7,6% en 2021 pero protestas retrasarán una recuperación

Ocde prevé que el PIB de Colombia crezca un 7,6% en 2021 pero protestas retrasarán una recuperación

París.-  La economía colombiana registró un fuerte repunte desde el segundo semestre de 2020, pero las protestas sociales y la imposición de nuevos confinamientos en abril y mayo de 2021 retrasarán una recuperación más duradera hasta la segunda mitad de 2021. 

Según las más recientes Perspectivas Económicas de la Ocde se prevé que el PIB de Colombia crezca un 7,6% en 2021 y un 3,5%, en 2022, impulsado por el consumo privado y la inversión. La distribución de las vacunas está avanzando lentamente. La recuperación podría debilitarse como consecuencia de nuevas restricciones, pero también debido a la incertidumbre sobre las perspectivas fiscales.

Una respuesta fiscal contundente continuará prestando un apoyo muy necesario a la economía en 2021. Las finanzas públicas podrían fortalecerse de manera progresiva una vez que la recuperación se consolide. La protección social y las políticas del mercado de trabajo necesitan reformas ambiciosas para intensificar la creación de puestos de trabajo formales que permitan una recuperación más inclusiva, y merecerían recursos adicionales.

El amplio respaldo de la política monetaria continuará, acertadamente, durante 2021 y 2022.

Colombia sufrió una segunda ola de infecciones de Covid-19 a principios de 2021

Los casos de Covid-19 aumentaron visiblemente en enero y volvieron a hacerlo en abril. Las restricciones a la movilidad y los toques de queda localizados han logrado hasta la fecha contener las nuevas infecciones y es probable que siga siendo así en el futuro.

La capacidad de los cuidados intensivos se ha ampliado, pero todavía existen servicios tensionados en varias regiones. El progreso de la vacunación ha sido continuo, pero su ritmo es notablemente inferior al de otros países de la región.

La actividad económica se ha desacelerado tras un endurecimiento de las restricciones a la movilidad

El PIB se recuperó con fuerza desde el segundo semestre de 2020, impulsado por un considerable repunte del consumo privado. A pesar de la imposición de nuevas restricciones a la movilidad, el PIB continuó su expansión sólida en el primer trimestre del 2021. Desde entonces, la confianza de los consumidores ha caído fuertemente en un contexto de protestas sociales, bloqueos de rutas, e interrupciones en lascadenas de suministro.

Las exportaciones se han fortalecido después de una recuperación inicialmente lenta, y la inflación sigue por debajo de la meta. 

El apoyo de las políticas económicas continúa siendo considerable, con especial énfasis en los más vulnerables

La notable respuesta fiscal está ayudando a aminorar las secuelas a largo plazo de la pandemia. La regla fiscal se ha suspendido tanto para 2020 como para 2021, pero los planes actuales para volver a aplicarla en 2022 darían lugar a un ajuste fiscal abrupto.  Un ajuste más gradual ayudaría a proteger la frágil recuperación. Convertir las ayudas de emergencia para trabajadores informales en una nueva prestación social permanente con prueba de medios constituiría una expansión muy positiva de la protección social.

El apoyo brindado por la política monetaria continúa  siendo  contundente,  con  tasas  de  interés  bajas  y abundante liquidez adicional en moneda nacional y extranjera.

La recuperación cobrará impulso en la segunda mitad de 2021

Las protestas sociales, pero también nuevas restricciones de movilidad localizadas han hecho mella en la recuperación y van a retrasar una recuperación más duradera del consumo privado y la inversión hasta el segundo semestre de 2021.

El continuo apoyo fiscal a los hogares fortalecerá el repunte del consumo, y  la  considerable  inversión  en  infraestructuras  y  la  fuerte  demanda  en  el  sector  de  construcción  de viviendas se traducirán en una mejora de los datos de inversión. La subida de los precios de las materias primas y  la  mejora  de  las  perspectivas  en  los  principales  socios  comerciales  del  país  estimularán la demanda  externa  y apoyarán  la  recuperación  delas exportaciones. 

Se prevé que  la  inflación  siga  por debajo de su meta, aunque sureciente repunte alude a laposibilidad de un riesgomayor de inflación.

El principal riesgo a la baja para estas perspectivas es la imposición de nuevos confinamientos, que no es descartable dada la reciente trayectoria de las infecciones y el moderado ritmo de la vacunación. Si no se logra un consenso para fortalecer las finanzas públicas, podrían aumentar los costos del financiamiento. Una línea de crédito flexible del FMI amplia los colchones externos a disposición de Colombia. Los riesgos al alza incluyen una campaña de vacunación más rápida de lo previsto.

Reformas de impuestos y beneficios sociales podrían favorecer una recuperación más inclusiva

Un proyecto de reforma tributaria y de beneficios sociales fue presentado ante el Congreso en abril, pero luego fue retirado después de haber ocasionado un paro general y protestas sociales, en el contexto de un amplio rechazo a aumentos de impuestos en la coyuntura actual.

Un nuevo paquete de reformas tendrá que reforzar la sostenibilidad fiscal, así como generar margen fiscal para una expansión de la protección social y mejorar la progresividad y equidad del sistema tributario. Construir un consenso para legislar una subida de los ingresos fiscales relativamente bajos ahora, pero aplicarla de forma más gradual a lo largo del  tiempo, impulsaría  la  confianza  sin  dañar  la  incipiente  recuperación  de  la  economía,  que  todavía necesitará  el  respaldo  de  la  política  fiscal  en  2022. 

El  actual  estímulo  de  la  política  monetaria  puede probablemente mantenerse  en  2021  y  2022.  Una amplia modernización  del  fragmentado  sistema  de pensiones  podría  incrementar  la  cobertura  de  las  pensiones  más  bajas  y  reducir  la  pobreza  entre  los ancianos. Trasladar parte de esta carga financiera de las cotizaciones de los trabajadores a la tributación general podría reducir la informalidad en el mercado laboral y promover la creación de puestos de trabajo formales.  Junto  con  una  reducción  de  las  barreras  comerciales  y  una  competencia  más  intensa,  esto facilitaría los necesarios procesos de reasignación de recursos, fomentando la productividad y la equidad.