Por Diana Nova Ávila
Popayán.- Primera Página conoció que la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) reprogramó la fecha de adjudicación del proyecto vial El Estanquillo – Popayán para el 29 de enero de 2026.
Esta fecha, que representa un aplazamiento respecto al cronograma inicial de diciembre de 2025, se da en un contexto de avance en el proceso de licitación, que inició formalmente con la publicación de los pliegos definitivos el pasado 14 de julio de 2025.

El proyecto, con un valor estimado de $8,82 billones, captó la atención de más de 50 inversionistas y firmas del sector de la infraestructura, quienes participaron en un evento ‘ShowRoom’ el cuatro de septiembre de 2025, organizado por el Ministerio de Transporte, ProColombia y la Cámara Colombiana de la Infraestructura. Sin embargo, algunas empresas nacionales de gran envergadura han optado por no participar en el proceso. La decisión se atribuye a los altos costos iniciales y a la complejidad de la operación. Se estima que la inversión de capital (Capex) asciende a $6,29 billones y los costos operativos (Opex) a $2,53 billones. Estos montos, junto con la alta competencia en el sector, podrían llevar a algunos actores a considerar que la rentabilidad a largo plazo no justifica la inversión.
Un proyecto de alta complejidad técnica y social
La obra, una de las más ambiciosas en el sur del país, contempla la construcción de 14 túneles, 125 puentes, 62,4 kilómetros de doble calzada y la estabilización de 65 puntos críticos. La envergadura técnica del proyecto demanda empresas con una sólida experiencia y capacidad financiera. Al respecto, la ministra de Transporte, Mafe Rojas, ha subrayado la necesidad de licitantes con «músculo financiero y jurídico» para garantizar el éxito de la adjudicación.

Adicionalmente, el proyecto incluye un componente social con la participación de cinco comunidades étnicas y la destinación de $153 mil millones para obras sociales y compensaciones. Si bien estas iniciativas son parte de los requisitos de la obra, también pueden representar un incremento en los costos operativos y la gestión del proyecto, lo que podría influir en la decisión de participación de algunas firmas interesadas.
El proceso ha enfrentado múltiples aplazamientos en la publicación de los pliegos definitivos, lo que ha generado incertidumbre entre los posibles licitantes. A esto se suma que, si bien el proyecto cuenta con el aval del Ministerio de Hacienda y el Confis, persisten inquietudes sobre la falta de claridad en las fuentes de financiación y la inclusión del proyecto en el marco fiscal de mediano plazo. En un modelo de Asociación Público-Privada (APP), donde el concesionario asume riesgos significativos, la percepción de inestabilidad en la planificación puede desincentivar la participación de inversionistas.
Historia del proyecto
El proyecto vial El Estanquillo – Popayán no es una idea reciente, sino una respuesta a una necesidad de conectividad que el suroccidente colombiano ha reclamado por décadas. La vía Panamericana en el tramo entre El Estanquillo y Popayán ha presentado históricamente problemas de movilidad, con sectores críticos y alta vulnerabilidad a deslizamientos de tierra, lo que ha afectado la conexión entre los departamentos del Valle del Cauca, Cauca, Nariño y Putumayo, así como con la frontera de Ecuador.
La historia del proyecto está marcada por múltiples gestiones gubernamentales que, a pesar de reconocer su importancia estratégica, no lograron concretar su ejecución. Ha sido un «proyecto eterno» que ha visto aplazarse en repetidas ocasiones la publicación de pliegos y la fecha de licitación, generando frustración e incertidumbre en la región.

El proyecto ha estado en la agenda de diferentes gobiernos, siendo incluido en planes de infraestructura vial como un componente clave para el desarrollo económico y la competitividad del país. La intención siempre ha sido mejorar la eficiencia en el transporte de carga y pasajeros, reduciendo los tiempos de viaje y los costos logísticos.
A lo largo del tiempo, el proyecto ha pasado de ser una simple intervención a una obra de infraestructura de gran complejidad y con una visión integral.
Del mantenimiento a la construcción de gran infraestructura: En sus primeras etapas, las discusiones se centraban en el mantenimiento y rehabilitación de la vía existente. Sin embargo, debido a la magnitud de los desafíos geotécnicos y la necesidad de una solución de largo plazo, el proyecto se ha transformado en una obra de infraestructura de cuarta generación (4G) bajo un esquema de Asociación Público-Privada (APP).
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